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5 de Enero de 2022, Marc Gaja

¿Qué no son teorías? Una mirada al cantinflerismo académico postmoderno

“La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y por regla general pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos”

Albert Einstein

Por Dra. Dorys Alleyne

Siguiendo el artículo compartido en este blog la vez pasada, les comparto en esta oportunidad lo que el investigador José Padrón-Guillén (2006), plantea como “el cantinflerismo académico” una especie de modismo que emerge en la postmodernidad, especialmente en el ámbito académico, un truco consistente en juntar palabras impactantes y altisonantes sin significado alguno, que traducen una tautología o una trivialidad, siempre en función de lograr la admiración de los estudiantes y académicos ingenuos.

Evidentemente, el término “cantinflerismo” proviene del famoso actor cómico Cantinflas, quien según algunas versiones construye su nombre artístico de la expresión “cuanto inflas, cuánto logras”. 

El cantinflerismo como truco está orientado a hacer ver algo que no es y es comúnmente usado para:

  • Superar situaciones incómodas
  • Mostrar que quien lo usa sabe mucho

En este orden de ideas, Padrón indica que el término se refiere a inflar el lenguaje y expresa que este cantinflerismo se caracteriza por una total ausencia de significados e ideas, donde prevalece un discurso lleno de palabras vacías.

Aunque según Padrón, podemos encontrar cantinflerismos en lo cotidiano, en la publicidad, en la política, se ha venido presentando con fuerza su uso en el contexto académico, lo cual es alarmante puesto que los estudiantes y lectores ingenuamente quedan atrapados en lo que Padrón (2006), llama una estafa cognitiva dirigida intencionalmente al interlocutor para impactarlo, impresionarlo, saturarlo con palabras que no tienen ningún sentido.

Desafortunadamente, estima Padrón que el agravante de esta situación está en que el lector o el oyente, se quede con la idea errada de que estos autores son eruditos y no se les puede contradecir y está prácticamente prohibido decir: “no entiendo”, penosamente, este tipo de académicos logra aumentar su propio prestigio a raíz de eso.

Es importante señalar, que dichos autores, escriben trivialidades que, al redactarlas con un lenguaje complicado, se camufla de pensamiento profundo, en este caso hay un ejemplo claro de un autor al que Padrón (2006) considera que ha ganado prestigio por la enredada forma en la cual escribe, haciendo referencia a la obra de Morín, quien muestra un compendio de adornadas trivialidades, dichas con grandes palabras disfrazadas de complejidad.

Evidentemente, el cantinflerismo de fondo maneja trivialidades, algunos autores que lo utilizan tienden a realizar inversión de los términos de las frases para lograr mayor impacto en quien las lee, algunos ejemplos son: 

  • “El hombre es ese animal loco cuya locura ha inventado la razón”. (E. Morín)
  • “No nos pusimos de acuerdo porque encontramos la verdad; encontramos la verdad cuando nos pusimos de acuerdo” (G, Vattimo)
  • “Un hombre es lo que hace con lo que hicieron de él” (Sartre)
  • “El hombre es aquel ser cuyo ser es no-ser” (S. de Beauvoir)

Como se aprecia en los ejemplos anteriores, los autores expresan trivialidades que dichas en forma adornada, aderezada con grandes palabras, pareciera estar revestida de una gran profundidad académica.

Asimismo, para Padrón (2006) Heidegger es uno de los padres del cantinflerismo de todos los tiempos, y destaca su célebre frase: “La condición óntica del ser humano es ontológica”.

Aunado a lo anterior, Padrón considera preocupante el daño que estos cantinfléricos hacen a los estudiantes y a la academia, ya que al hacer investigación basada en cantinflerismos, no se producirá conocimiento independiente y soberano, sino un mar de palabras con un mínimo nivel de profundidad.

Aunado a lo anterior, Padrón afirma que existen otros autores que han venido desenmascarando a los cantinfléricos académicos, tal como lo ha hecho Popper (1984) quien hizo un análisis del discurso de Habermas (un cantinflérico de ese momento) y que mediante el siguiente cuadro demuestra el trasfondo trivial de sus postulados:

Citas de Habermas Traducción hecha por Popper
La totalidad no llega a ninguna vida por sí misma, por encima de los elementos que ella une y de los cuales ella misma compone La sociedad consiste en conexiones sociales
Ella se produce y reproduce a si misma a través de sus elementos individuales Estas diferentes conexiones de algún modo producen la sociedad.
Ya no sigue siendo posible separar esta totalidad de la vida de la cooperación y del antagonismo de sus elementos Entre esas conexiones, se hallan la cooperación y el antagonismo. Y dado que  (como se afirmó antes), la sociedad consiste en esas conexiones la misma no puede ser separada de ellas.
Ninguno de sus elementos puede ser concebido simplemente en términos de sus funciones sin una consideración del todo, cuya esencia es inherente al movimiento de cada una de las entidades individuales mismas. Por lo contrario es también cierto; ninguna de las conexiones puede concebirse sin las otras.
El sistema y la entidad son recíprocos y sólo pueden ser concebidos en su reciprocidad. (repetición de lo anterior)

Fuente: Elaboración propia

En atención a lo anterior, Padrón destaca a razón del análisis de Popper a Habermas que el uso de palabras altisonantes de este último es cada vez más desproporcionado.

Otro autor destacado por Padrón es Alan Sokal, quien, en su intención de desenmascarar a los cantinfléricos académicos, realizó un artículo basado en inflar el lenguaje, con el uso de muchos trucos y juegos de palabras y este resulta ser aprobado y publicado por una revista de investigación social, esto motivo a Sokal y Brichmont a realizar un libro cuyo tema central son las “Imposturas intelectuales”.

Para Sokal los cantinfléricos son impostores, personas que siendo ignorantes se hacen pasar por grandes sabios, para ganar adeptos, prestigio y especialmente fama.

Este autor aporta algunos rasgos típicos de un impostor intelectual o cantinflérico:

  1. Hablar prolijamente de teorías científicas de las cuales tiene solo una idea vaga. Su táctica es usar terminología científica o pseudocientífica sin preocuparse de su significado.
  2. Incorporar a las ciencias humanas o sociales, nociones propias de las ciencias naturales, sin ningún tipo de justificación empírica.
  3. Exhibir una erudición exagerada con una avalancha de términos técnicos en un contexto en el que resultan absolutamente incongruentes. El objetivo según Sokal e impresionar e intimidar al lector no científico.
  4. Manipular frases sin sentido, se trata de una especie de intoxicación verbal, combinada con una descarada indiferencia por el verdadero significado de las palabras.

Aunado a lo anterior, Padrón (2006) plantea que Popper hace una gran interrogante con respecto al papel de los neodialécticos tales como: Adorno, Marcuse, Habermas y Horkheimer, autores de la famosa escuela de Frankfurt, quienes a su juicio no han aprendido a resolver problemas y aproximarse a la verdad, sino han contribuido en ahogar a los demás seres humanos en un mar de palabras.  

Por otra parte, para Padrón, no existe asunto más complicado que confrontar a un cantinflérico, pues estos ante una postura argumentada y lógica, tienden a señalar a quien lo enfrenta académicamente como alguien de pensamiento lineal y en contraste con su pensamiento complejo siempre va a inducir o sugerir que se adopte su tipo de pensamiento “complejo” para que así pueda entenderlo.

Es importante señalar, que el Padrón, considera que el pensamiento llamado “complejo”, no es más  que un tipo de pensamiento desordenado que no aporta definiciones, no hace clasificaciones, que no razona y que no argumenta, y esto es parte del enganche que usan los cantinfléricos académicos para posicionarse como grandes pensadores.

Consideraciones de cierre

Si en la entrega anterior se destacó claramente que todo sujeto cognoscente es capaz de hacer teoría y que como seres humanos estamos dotados del “germen” para construir conocimiento como bien lo señala Padrón, está claro que se debe tener cuidado con la forma en la que usamos este don.

Evidentemente,  ante el gran potencial creador del ser humano todo es posible, sin embargo, más allá de los estilos de pensamientos que cada quien posee, es importante no dejarse llevar por aspiraciones que puedan distorsionar el buen curso de la construcción del conocimiento, especialmente al momento de socializarlo, pues de manera muy ligera podríamos como académicos generar réplicas de ideas fatuas, vacías y sin pertinencia, sustentadas solamente en la posibilidad de mostrar una gran sapiencia, ya sea por una cuestión de reconocimiento público o incluso por posicionarnos como íconos de una cultura o simplemente por un interés de orden lucrativo.

En el ámbito académico, es sustantivo, cuestionar toda fuente, todo autor, escudriñar muy bien sus contenidos y examinar acuciosamente sus postulados ante la posibilidad de asumirlos como parte fundamental de nuestras investigaciones.

Finalmente, siguiendo a Padrón, ninguna teoría es definitiva y siempre debe ser objeto de revisión y evaluación, el cantinflerismo se constituye como una transgresión y un obstáculo para visualizar las reales oportunidades de construir conocimientos válidos para una sociedad necesitada de respuestas y soluciones a los problemas y conflictos que le afectan profundamente.

Referencias

Padrón, J (2006) Notas sobre el cantinflerismo Académico en https://josepadroninfo.ipage.com/cantinflerismoacademico 

CAP 1: Cantinflerismos

Parte 1: https://www.youtube.com/watch?v=WvzyRsMVrFs

Parte 2: https://www.youtube.com/watch?v=EDC7HBmhUxg

 

Sobre la autora: Dra. Dorys Alleyne

Docente en Universidad ISEP. Investigadora, con formación inicial en Educación y Psicología. Magister Scientiarum en Psicología, Mención Psicología del Desarrollo Humano, especialista en Asesoramiento y Consulta Familiar Doctora Latinoamericana en Educación. Diplomada en el área de coaching ontológico, siendo lifecoach activo, coach educativo con énfasis en neurociencia, psicología positiva y PNL.

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