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7 de October de 2021, Marc Gaja

Conocer cómo el cerebro elabora la información mejora los procesos educativos

Por otro lado, la intervención de los profesores es clave para introducir la neuroeducación en las aulas y crear nuevos modelos educativos orientados al desarrollo de las capacidades específicas cerebrales de cada niño

La neurociencia considera los procesos educativos como procesos cerebrales en los cuales el cerebro reacciona ante un estimulo, lo analiza, lo procesa, lo integra y lo ejecuta. Estos son variables dado el continuo cambio cerebral como consecuencia de la interacción con el medio ambiente (tanto a nivel biológico como experiencial), con especial incidencia en la etapa infantil, que determina su estructura y funcionamiento. El cerebro continuamente está percibiendo, procesando e integrando información lo que lleva a cambios en las conexiones y redes neuronales cerebrales. En este sentido el inicio de la estimulación ambiental reglada, las emociones, la motivación y el aprendizaje a través de la acción son esenciales para su óptimo desarrollo.

Gran parte del trabajo de investigación del Dr. Tomás Ortiz Alonso, Catedrático del Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la Universidad Complutense de Madrid se centra en acercar los conocimientos de la neurociencia a la educación.

El Dr. Ortiz destaca en su obra ‘Neurociencia y Educación’ (Alianza Editorial, 2009) la importancia de la neurociencia en este ámbito: los descubrimientos sobre el cerebro pueden contribuir a la mejora de los aprendizajes de niños y adolescentes. La estructura cerebral se va modificando a lo largo de la vida y la etapa escolar es una de las más sensibles a este cambio. En el aprendizaje escolar influyen multitud de factores (genéticos, instructivos, contextuales, biográficos, etc.).

Conocer cómo el cerebro funciona es una gran ayuda para la educación

Un proceso de enseñanza coherente con la neurociencia y sus avances haría posible modificar y modular las estructuras cerebrales que subyacen a los diferentes procesos de aprendizaje y mejorar las capacidades de cada niño. Para lograr este objetivo, el Dr. Ortiz apunta que “conocer cómo el cerebro elabora la información, la aprende, la procesa, la ejecuta y procede a la toma de decisiones será de una gran ayuda para la enseñanza específica de procesos cognitivos y para la educación general del individuo”. Su trabajo parte del profundo estudio de la neuroanatomía y trata los componentes fundamentales del proceso cerebral de integración de conocimientos: atención, memoria, emociones, motivación, lenguaje, solución de problemas, etc., para poder extraer posteriormente interesantes aplicaciones para el campo de la educación.

Estudios con neuroimagen apoyan la idea que aunque los procesos de maduración tienen un gran desarrollo en la infancia también se dan después de la pubertad, coincidiendo con el desarrollo de procesos cognitivos complejos. Pero aún se desconoce el efecto del estado neurofisiológico del cerebro durante el proceso de dicha estimulación (aprendizaje o recuerdo). De todos los ritmos cerebrales asociados con funciones cognitivas parece ser que la banda theta es la más asociada con procesos de memoria: manifiesta una extensa actividad a lo largo de todo el cerebro y principalmente en el sistema hipocampal, que se considera básico para la memoria. Este hecho, apunta el Dr. Ortiz, “nos lleva a valorar la importancia de ambientes relajados, tranquilos y sin ruido si queremos fortalecer los procesos de aprendizaje escolar”.

El ejercicio y el trabajo en equipo claves para el buen desempeño escolar

Algunos aspectos de suma importancia en la mejora del aprendizaje escolar y que favorecen a un buen neurodesarrollo cerebral y cognitivo (que tendrá sus mejores resultados a lo largo de toda la vida) son el ejercicio físico y las actividades en grupo, una buena educación del sueño, una correcta nutrición en el niño (tanto en los aspectos de contenido de proteínas, oligoelementos, vitaminas, etc.) y un ambiente emocionalmente estable junto a una estimulación rica, novedosa y organizada, tanto en casa como en el colegio.  En muchas de las ponencias del Dr. Ortiz se remarca el importante papel de los padres en un modelo neuroeducativo: deben generar en el hogar un ambiente rico en experiencias culturales, estímulos educativos, culturales y de conocimientos escolares, así como una actitud positiva hacia el estudio, favorecer un ambiente musical con poca televisión, vigilar el sueño, la nutrición e hidratación del pequeño, favorecer un ambiente emocional estable, tranquilo y comunicativo, etc.

Los padres no deberían olvidar la importancia del movimiento en los procesos de aprendizaje y, en este sentido, deberían prestar atención a que sus hijos hiciesen todos los días unos minutos de ejercicios motrices de equilibrio, precisión, secuenciación y coordinación de movimientos (el gateo, el seguir una línea con ojos abiertos y cerrados y manos extendidas, el estar unos segundos a la pata coja, etc. son básicos para la mejora del aprendizaje escolar). Y, también deberían jugar todos los días unos minutos con sus hijos como objetivo pedagógico.

Profesores son promotores de la neuroeducación en sus colegios y aulas de clase

Por otro lado, la intervención de los profesores es clave para introducir la neuroeducación en las aulas y crear nuevos modelos de enseñanza orientados al desarrollo de las capacidades específicas cerebrales de cada niño, para crear un ambiente estimular escolar positivo con contenidos académicos cortos y precisos, clases muy dinámicas y novedosas, aumentar la motivación, dar mayor importancia a la educación física y musical, y trabajar siempre en un ambiente relajado que propicie la atención, memoria o aprendizaje en las clases. Es básico la formación del profesorado en neurociencia y que conozcan los últimos avances en el conocimiento de las funciones cerebrales y su aplicación al ámbito escolar. “En otras palabras, sabemos que el maestro sabe enseñar contenidos que favorecen los procesos cognitivos pero debería aprender a enseñarlos en las mejores condiciones posibles a la luz de los nuevos conocimientos sobre como el cerebro atiende, aprende, memoriza y soluciona problemas”. Esta fue una de las conclusiones más aplaudidas del Dr. Ortiz en el XIV Congreso de Cooperativas de Enseñanza.

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