El hecho que la situación sea una simulación, no sea real, en muchos casos favorece que el paciente acepte mejor la exposición. Un estudio realizado por la Universitat Oberta de Catalunya avala esta afirmación, dado que preguntaron a una muestra de personas que puntuaban alto en un cuestionario de miedo a las arañas por sus preferencias sobre la exposición en vivo frente a la exposición virtual, y la gran mayoría (alrededor del 85%) elegían la exposición virtual (García-Palacios et al., 2001).
Todos los estudios apuntan que la exposición virtual es más eficaz que una condición control; es igual de eficaz que el componente de elección para aplicar la exposición (la exposición en vivo); y que los logros se generalizan de las situaciones virtuales a las situaciones reales. Además, se mantienen a largo plazo.