11 de abril de 2023, Alex

El estrés positivo.

Aunque la mayoría de las personas asocian el estrés con efectos negativos, como ansiedad, depresión y problemas de salud, hay un tipo de estrés que puede tener beneficios para nuestro cuerpo y nuestra mente: el estrés positivo, también conocido como “eustrés“.

El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que percibe como desafiantes o emocionantes. Cuando nos enfrentamos a una tarea difícil o una situación estresante, el cuerpo libera hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas nos preparan para la acción y nos ayudan a lidiar con la situación. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve abrumador o crónico, puede tener efectos negativos en nuestra salud y bienestar.   El eustrés se produce cuando nuestro cuerpo responde a situaciones que son percibidas como desafiantes o emocionantes. Puede ayudarnos a mantenernos motivados, creativos y productivos. Por ejemplo, cuando tenemos un plazo ajustado en el trabajo, podemos sentirnos más enfocados y con más energía para completar la tarea.
El eustrés también puede ayudarnos a desarrollar resiliencia y adaptabilidad. Cuando nos enfrentamos a un desafío, nuestro cuerpo libera hormonas del estrés que nos preparan para la acción. Esto puede ayudarnos a superar obstáculos y encontrar soluciones creativas a los problemas.   Aunque el eustrés puede tener beneficios, es importante tener en cuenta que sólo es beneficioso en dosis moderadas. Si el estrés se vuelve abrumador o crónico, puede tener efectos negativos en nuestra salud mental y física.   El estrés crónico se produce cuando estamos expuestos a situaciones estresantes de forma constante. Por ejemplo, trabajar largas horas en un trabajo exigente o cuidar a un familiar enfermo pueden ser fuentes de estrés crónico. El estrés crónico puede tener efectos negativos en nuestra salud, como aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, suprimir el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de problemas de salud mental.
Por esta razón, es importante encontrar formas de gestionar y reducir el estrés cuando se vuelve abrumador. Hay varias maneras de aprovechar los beneficios del eustrés mientras se mantiene bajo control. Una forma efectiva de reducir el estrés es hacer ejercicio regularmente. El ejercicio puede ayudar a reducir los niveles de cortisol en el cuerpo y mejorar el estado de ánimo en general. Además, el ejercicio puede ser una forma efectiva de desahogarse y liberar tensiones acumuladas. La meditación y el yoga también pueden ser formas efectivas de reducir el estrés y mejorar la resiliencia. La meditación implica centrarse en el momento presente y dejar de lado las preocupaciones y ansiedades del pasado y el futuro. El yoga, por su parte, combina la meditación con el movimiento físico, lo que puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la flexibilidad y el equilibrio. Otra forma de reducir el estrés es practicar la atención plena. La atención plena implica estar presente y consciente en el momento presente, sin juzgar o preocuparse por el pasado o el futuro. La atención plena puede ayudarnos a reducir la ansiedad y el estrés, mejorar la concentración y la toma de decisiones.
Además, el estrés positivo también puede mejorar nuestras relaciones interpersonales. Cuando nos enfrentamos a un desafío junto con otras personas, puede fortalecer nuestros lazos y aumentar la confianza entre nosotros. El estrés positivo puede fomentar la cooperación, la comunicación efectiva y la resolución de problemas en equipo.   El estrés positivo también puede tener beneficios para nuestra salud física. La activación temporal del sistema nervioso simpático y del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HHA) durante el estrés positivo puede mejorar nuestra respuesta inmunológica y ayudarnos a combatir enfermedades. Sin embargo, es importante destacar que estos beneficios son a corto plazo y que el estrés crónico puede tener efectos negativos en nuestra salud física.
Para aprovechar al máximo el estrés positivo, es importante reconocer que no todas las situaciones estresantes son iguales. Algunas pueden ser más desafiantes que otras, y es importante aprender a identificar y priorizar las situaciones que son más importantes para nosotros. Esto nos permitirá enfocar nuestra energía y recursos en las cosas que realmente importan y maximizar los beneficios del estrés positivo. También es importante reconocer que el estrés positivo puede ser subjetivo y que puede variar de persona a persona. Lo que una persona considera como una situación estresante desafiante, otra persona puede considerarla como algo trivial. Por lo tanto, es importante aprender a reconocer y respetar las diferentes perspectivas y experiencias de cada persona. En conclusión, el estrés positivo puede ser una fuerza motivadora y energizante en nuestras vidas, impulsándonos a alcanzar nuestras metas y desafíos. Sin embargo, es importante aprender a reconocer y gestionar el estrés negativo para minimizar sus efectos negativos en nuestra salud mental y física. Para aprovechar al máximo el estrés positivo, es importante aprender a identificar y priorizar las situaciones que son más importantes para nosotros, desarrollar estrategias efectivas para manejar el estrés negativo y reconocer las diferentes perspectivas y experiencias de cada persona. Al hacerlo, podemos disfrutar de los beneficios del estrés positivo y mantener un equilibrio saludable en nuestras vidas.
Existen diversas técnicas y estrategias que pueden ayudarnos a aprovechar al máximo el estrés positivo y minimizar los efectos negativos del estrés negativo. Algunas de estas técnicas incluyen: Ejercicio físico: El ejercicio regular puede ayudar a reducir los niveles de estrés y aumentar la sensación de bienestar. Además, el ejercicio puede ayudar a mejorar la calidad del sueño, la salud cardiovascular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Meditación y mindfulness: La meditación y la práctica del mindfulness pueden ayudar a reducir los niveles de estrés y mejorar la capacidad para manejar situaciones estresantes. Estas prácticas pueden ayudar a aumentar la conciencia de nuestro cuerpo, emociones y pensamientos, y desarrollar la capacidad para responder de manera efectiva ante situaciones estresantes. Estrategias de resolución de problemas: Desarrollar habilidades para resolver problemas puede ayudarnos a manejar situaciones estresantes de manera efectiva y minimizar los efectos negativos del estrés. Esto puede incluir aprender a identificar y priorizar los problemas, generar soluciones efectivas y evaluar las posibles consecuencias de cada solución. Habilidades sociales: Las habilidades sociales pueden ayudarnos a desarrollar relaciones interpersonales efectivas y reducir el estrés social. Esto puede incluir habilidades como la comunicación efectiva, la resolución de conflictos y la empatía. Auto-cuidado: Practicar el auto-cuidado puede ayudarnos a reducir los niveles de estrés y mejorar nuestra salud mental y física. Esto puede incluir actividades como dormir lo suficiente, comer saludablemente, establecer límites saludables en el trabajo y la vida personal, y hacer tiempo para las actividades que disfrutamos.
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