1 de febrero de 2022, Alex

Estrategias de la psicología educativa tradicional en la orientación de la conducta infanto-juvenil en la actualidad

Contextualización del condicionamiento operante como herramienta clave de la teoría conductista, un paradigma de la psicología educativa clásica y su aplicabilidad en escenarios educativos actuales.

Por prof. Thania Torres Desde el inicio de los procesos educativos se ha tenido que tomar en cuenta, las diferencias significativas en el desarrollo del comportamiento humano los cuales son realmente útiles e importantes para la aplicación pedagógica y didáctica. Por ejemplo, “en el condicionamiento clásico, el aprendizaje es pasivo, absorbiendo y reaccionando automáticamente a los estímulos” (p.38 Coll, Palacios y Marchesi 2014). Mientras que, en el condicionamiento operante el aprende procede u “opera” sobre el entorno.  Es así, como ciertas investigaciones sobre las teorías de educativas, clásicas en el contexto de reforzamiento y modificación conductual el condicionamiento operante, ha podido determinar como la memoria de los bebés  repetirán una  acción días o semanas después, si se evalúan en un contexto muy análogo a aquella en la cual fueron inicialmente adiestrados.  Es decir, de acuerdo a dichos autores: El tiempo durante el cual puede conservarse una respuesta condicionada  aumenta con la edad, oscilando entre dos días para los bebés de dos meses de  edad y 13 semanas para los de 18 meses. En los bebés más pequeños el  tiempo de retención puede aumentar dividiendo el entrenamiento en un mayor  número de sesiones. (p.38 ibid) En concordancia a lo antes expresado, se puede inferir que el condicionamiento operante, clave en teorías de la psicología educativa clásica, es un método de aprendizaje, el cual se produce a través de la cohesión de refuerzos pudiendo ser recompensas y castigos por determinadas respuestas mostradas por el individuo. Al respecto, Reynolds (1968), expresa las respuestas expuestas simbolizan una pequeña parte de la conducta de los “organismos superiores”, mientras que la conducta sobrante es operante. En consecuencia, dice: “no existen estímulos ambientales evocadores de la conducta operante; ésta conducta tiene la propiedad de simplemente ocurrir” (p.13). 
De igual forma, es importante aclarar, que en la terminología del condicionamiento operante, las respuestas operantes son emitidas por los organismos teniendo como objetivo principal de esta disciplina el aumentar o disminuir la probabilidad que una conducta se vuelva a repetir. Las acciones que obtengan una recompensa, tenderán a realizarse de nuevo, mientras las que obtengan un castigo dejarán de ejecutarse. Así mismo, al trasladarse en la historia, la teoría operante se construyó como un análisis operacional de los tres elementos observables en el establecimiento de un reflejo operante: el estímulo discriminativo, la respuesta y el estímulo reforzante. Dichos factores, fueron llamados la triple relación de contingencia, la cual a su vez está conformada, por las unidades de análisis del comportamiento, es decir estímulos, respuestas, consecuencias.  En este contexto, es relevante acotar que la triple relación de contingencias es una forma de explicar el comportamiento en donde a su vez, se hace referencia a la existencia de relación entre acontecimientos. Entonces, si la primera conducta mostrada, es mayor que la segunda, la contingencia será positiva, mientras que sucederá todo lo contrario, sí la respuesta es negativa (ibíd. Coll, Palacios y Marchesi ). Es así, que para el control y manejo del comportamiento la triple relación de contingencias está conformado por las unidades de análisis del comportamiento, es decir estímulos, respuestas, consecuencias. Mediante estos elementos, se han desarrollado tecnologías para el control de la conducta y su explicación, en donde se pueden realizar análisis funcionales  para los “programas de modificación de conducta” en los cuales se diagnostican las fuentes de aprendizaje en términos de antecedentes, conductas y consecuentes.
El condicionamiento operante en el proceso educativo En términos de psicología del aprendizaje, la contingencia se obtiene comparando dos probabilidades, en donde el “estímulo Incondicionado” (los alimentos por ejemplo) esté presente junto con el “Estímulo Condicionado” (sonido por ejemplo) y que a su vez tenga lugar en su ausencia.  La contigüidad y contingencia Sobre este mismo escenario, para Ponce (2012), si el condicionamiento clásico es expresado en términos de contigüidad (simultaneidad), el condicionamiento operante se expresa en términos de contingencia (probabilidad). Esto puede ser explicado de la siguiente forma: Dos sucesos son contingentes cuando ocurren conjuntamente según una cierta probabilidad. Por ejemplo, un automóvil asegurado puede llegar a tener un accidente y sufrir daños que requieran arreglos, si las condiciones se dan: que su conductor maneje ebrio, o que el ebrio sea otro conductor que lo choque, o sea, que esté en el momento preciso para recibir el golpe (p.259) En definitiva mencionada clase de aprendizaje se denomina condicionamiento operante, pues  el individuo aprende a partir de las consecuencias de su “operar” sobre el entorno y es necesario recordar que fue B. F Skinner, quién enunció los “principios del condicionamiento operante”, en cuyo experimento las protagonistas fueron principalmente las ratas y palomas, concluyendo que los mismos elementos se aplican a los seres humanos.
El condicionamiento en el aprendizaje  El proceso de enseñanza y aprendizaje está compuesto por cuatro elementos: el profesor, el estudiante, el contenido y las variables ambientales (factores que forman parte esencial del binomio: escuela/aula). Entonces, cada uno de estos elementos, influencia en mayor o menor grado, dependiendo de la forma que se relacionan en un determinado escenario (Ponce ibid). Ahora bien, aunque se está claro que el conductismo puede haber perdido gran parte del protagonismo que tenía durante la primera parte del siglo XX, el “condicionamiento operante” continua siendo una herramienta significativa y empleada con periodicidad en los “procesos de moldeamiento de la conducta”. Tanto es así, que muchos padres la utilizan aunque no conozcan al detalle y con profundidad de la teoría que de allí subyace y por supuesto que los docentes, de igual forma, hacen uso de las estrategias que subyacen de dicha teoría, porque permite precisamente un mejor control y manejo del grupo estudiantil, así como un proceso de aprendizaje en colectivo. Ahora bien, dentro de contextos escolares reales es necesario  prevenir y erradicar el problema a fondo, identificando el problema conductual de forma puntual  sin olvidar que la escuela en su conjunto debe analizar el tema integralmente y se deben tomar las decisiones que sean más convenientes de acuerdo al contexto. Por ejemplo, haciendo uso de la teoría clásica del conductismo, específicamente en el condicionamiento operante,  se pueden dar sugerencias para mejorar situaciones de bulliyng, los cuales están presentes en los escenarios educativos en abundancia y vienen afectando en forma cíclica a los niños y jóvenes a nivel mundial, siendo un problema de origen conductual. 
Dicho lo anterior, es imprescindible que en los planes de acción que se acuerden, debe haber responsables de lo que se pretenda hacer  y procesos de evaluación de resultados. Algunas acciones que se realizan en instituciones educativas que han logrado  disminuir el acoso escolar de acuerdo a Frola y Velásquez (2011):  Se reconoce el problema y se asume la responsabilidad de la escuela y sus  actores.  Se discute el problema públicamente en presencia de todos los actores  involucrados.  Se establecen consejos escolares para darle seguimiento a las acciones  convenidas entre las que no pueden faltar la vigilancia y el establecimiento  de reglas claras y publicas en caso de que existan agresiones.  Se hacen proyectos transversales, para tratar el problema desde todas las  asignaturas, con la finalidad de crear conciencia y sensibilizar a todos los estudiantes  del problema.  Se crean dinámicas de sana convivencia en el aula y en la institución  educativa en general, haciendo énfasis en fortalecer las buenas relaciones  y la solidaridad con otros. Se realizan acciones desde el trabajo en el aula para fortalecer la  autoestima de todos los alumnos y se fomentan las manifestaciones de  afecto entre toda la comunidad escolar. Se promueven los grupos de aprendizaje cooperativo cuidando de que se  incluya a todos los alumnos al trabajo del aula. Como se pudo observar, aunque no se demuestran literalmente los reforzadores negativos y/o positivos que se pueden aplicar para efectos de modificar determinada conducta problema, en un contexto escolar determinado, de forma subliminar en cada una las estrategias propuestas, están presentes la contigüidad y contingencia clave, en el condicionamiento operante.  En definitiva, la cuestión está en diversificar sobre lo ya estudiado y abordado en el campo de la psicología educativa, enfocándolo e interviniendo desde otras perspectivas y adaptándolas  al mundo actual. 
Bibliografía Coll C, Palacios J, Marchesi A, (2014). Desarrollo Psicológico y Educación. Alianza Editorial, Madrid. Frola  P, y Velásquez J (2011). Estrategias de intervención. Los problemas de la Conducta en el aula Centro de Investigación Educativa y Capacitación Institucional S.C. México D.F G, S Reynolds (1964). Compendio de Condicionamiento Operante. Universida de California Estados Unidos de América. Ponce M, Fundamentos. (2012). TOMAS PONCE MEJIA Red Tercer Milenio – PDF Free Download. Docplayer.es. https://docplayer.es/16138328-Tomas-ponce-mejia-red-tercer-milenio.html
Sobre la autora: Dra. Thania Torres Docente en educación infantil y educadora e investigadora universitaria, con especialidad en planificación y evaluación educativa, maestría en educación infantil, especialista en telemática e informática de la educación a distancia. Doctora en ciencias de la educación y por culminar la especialidad en terapia de la conducta infantil en el CIPPS.
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