5 de April de 2022, Alex

Cómo desarrollar la inteligencia emocional y ser más asertivo

Conoce cómo desarrollar la inteligencia emocional a nivel profesional y las características que debe desarrollar una persona para ser más asertiva

Cada día son más comunes las ofertas laborales y los perfiles profesionales orientados a exigir capacidades técnicas. Sin embargo, cada día también es más notorio en los equipos de trabajo y en los perfiles de líderes la importancia de una inteligencia que fomente las buenas relaciones, la capacidad humana de trabajar con otros y a través de ellos para lograr objetivos importantes.  A esta cualidad subjetiva se le conoce como inteligencia emocional y la misma engloba una serie de habilidades que nos ayudan a reconocer, comprender y manejar nuestras propias emociones y actitudes, así como a reconocer, comprender e influir en las emociones y actitudes de los otros.
¿Qué es la inteligencia emocional?  La inteligencia emocional es parte importante de la inteligencia y como ésta no es estática, sino moldeable, variable y flexible, al igual que nuestro cerebro. La inteligencia emocional también se ejercita, se desarrolla y se obtiene a través de experiencias vitales que la estimulen.  La inteligencia emocional es fundamental para construir y mantener relaciones e influir en los demás. Este concepto integra un grupo de habilidades claves denominadas recientemente “blandas” que ayudan a las personas a lo largo de su carrera y dondequiera que se encuentren en una estructura organizativa a lograr mejores resultados y ser tanto exitosos como felices.  A lo largo de las últimas décadas diversas investigaciones han sugerido que las personas con un coeficiente emocional alto son más innovadoras y tienen una mayor satisfacción laboral que aquellas con un coeficiente emocional bajo.  En este artículo presentamos los componentes claves de la inteligencia emocional y algunas ideas y recomendaciones para mejorarla.  ¿Cuáles son los componentes de la inteligencia emocional? La inteligencia emocional está formada por cuatro componentes: la autoconciencia, la autorregulación, la conciencia social y las habilidades sociales.  Entonces, se entiende como un conjunto de habilidades y comportamientos que aunque una persona posee naturalmente, se pueden también aprender, desarrollar y mejorar.  Conciencia de sí mismo Se trata de la capacidad humana de identificar, evaluar, comprender y analizar sus propias emociones y el impacto e influencia que nuestros comportamientos tienen en los demás. Los científicos emocionales la definen como la piedra angular donde reposan los otros componentes de la Inteligencia Emocional. Las personas conscientes de sí mismas tienden a tener más confianza y ser más creativas. Al igual que toman mejores decisiones, construyen relaciones más sólidas y se comunican de manera más eficaz, resume la autora del libro de inteligencia emocional Insight y psicóloga, Tasha Eurich.  Autorregulación Quien alcanza un conocimiento elevado de sí mismo abre las puertas a la autorregulación y manejo de sus emociones y comportamientos. Una vez conscientes de nuestras emociones podemos manejarlas y regularlas de forma que estén bajo nuestro control y no se transformen en impulsos perturbadores que tomen el control de nuestras motivaciones.  Las personas con una fuerte regulación de sus emociones pueden controlarse ante eventos perturbadores o estresantes.Piensan antes de hablar, evalúan el impacto de sus acciones y toman las mejores decisiones. Una persona con una buena autorregulación podrá tomar una pausa en medio de una discusión o evento que le genere ansiedad, respirar y retomar sus acciones de forma constructiva para sí mismo y para su entorno.  Las personas con buena dosis de autoconocimiento y autorregulación de sus emociones tienden a tener una actitud más positiva y adaptativa, alejándose de los impulsos y reacciones negativas que sí dominan a las personas con baja inteligencia emocional.  Conciencia social No es un misterio que la empatía nos une mientras que la indiferencia y rechazo al otro y sus circunstancias nos alejan. Un profesional con una inteligencia emocional elevada reconoce a sus compañeros de trabajo, socios, clientes y subordinados. Desarrolla una habilidad que les reconoce más allá de una cifra o KPI de desempeño y establece una relación desde la empatía con quienes les rodea.  De acuerdo al profesor de la Universidad de Stanford, Jamil Zaki, la empatía y la conciencia social nos ayuda a comprender mejor a los demás. La empatía se construye sobre tres bases: identificar lo que los demás sienten, compartir esta emoción y desear mejorar su experiencia. No se debe confundir con cómo te sentirías tú en su lugar, sino como esta persona se siente realmente. Es así como la conciencia social para nosotros en Universidad ISEP es también uno de los componentes de la Inteligencia emocional, porque la conciencia social te conduce a la bondad.  Habilidades sociales La Universidad ISEP imparte un diplomado en Habilidades Ejecutivas donde las habilidades sociales tienen su participación y contenido. Desarrollar este tipo de cualidades en un líder es lo que lo diferencia entre un gran gerente y uno que solo es un buen gerente.  Las habilidades sociales y directivas incluyen influencia, manejo de conflictos y resolución de problemas, trabajo en equipo y capacidad de inspirar a otros con tus acciones. Las habilidades sociales hacen posible el desarrollo de relaciones saludables en todas las áreas de tu vida. ¿Cuáles son los signos de la inteligencia emocional? Veamos a continuación cuáles son los signos de una persona con inteligencia emocional baja y una con una inteligencia emocional alta:  Las personas con poca Inteligencia Emocional:  Tienden a sentirse incomprendidos. Se irritan con facilidad.  A menudo dicen sentirse abrumados por las emociones.  Tienen problemas para comunicarse y ser asertivos.  Las personas con alta Inteligencia Emocional:  Entienden la relación entre sus emociones y sus comportamientos.  Mantienen la calma y la compostura durante situaciones estresantes.  Tienen la habilidad de influir en otros para que se orienten hacía un objetivo en común.  Manejan conversaciones y personas difíciles con tacto y diplomacia.  Cuatro pasos para desarrollar la inteligencia emocional  Reconozca sus emociones y sentimientos, nombrarlos, definirlos, seleccione los que quisiera tener en un evento o situación específica.  Solicite comentarios y feedback de las personas que le rodean. Pregunte a gerentes, colegas, amigos, familiares cómo calificarían su inteligencia emocional, su comportamiento, su empatía, sus habilidades comunicativas. Escuche. Corrija.  Lea historias y libros de literatura con personajes complejos que le permitan mejorar su empatía y tener perspectivas diferentes. Se ha demostrado que la lectura de literatura mejora la comprensión de los pensamientos, las motivaciones de otros (así sean ficticios) y ayuda a mejorar la conciencia social Por último, evalúe incorporarse a un programa de desarrollo y mejora de la Inteligencia Emocional como la Maestría que ofrece la Universidad ISEP, en español, 100% en línea y con certificado y diploma avalado por las autoridades educativas de México. 
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