El presente artículo representa una síntesis del Trabajo Final de maestría de Juliana Monteiro Lazaro, alumna del maestría en Intervención en Dificultades del Aprendizaje, el cuál propone concienciar y dar orientaciones a los profesionales que trabajan en educación primaria, haciendo ver que toda actividad debe ser diseñada para que la puedan realizar todos los niños y niñas, independientemente de las necesidades especiales, las diferencias sociales, culturales, de intereses o de estilos de aprendizaje. Si quieres leer el TFM completo, puedes hacerlo aquí.
Trabajar la educación emocional Con el fin de trabajar la educación emocional y por ende que los alumnos mejoren su autonomía y su propia imagen, los docentes deben emplear recursos que estimulen la creatividad, la socialización y la toma de decisiones. La aplicación de estrategias lúdicas, basadas en el contenido y tema de las clases, permite alcanzar un modelo didáctico educativo que favorece el desempeño y evolución en el aprendizaje de los niños con síndrome de Down u otras necesidades especiales, así como el de sus compañeros.
El aprendizaje infantil a través del juego El juego es un camino que nos lleva hacia el pensamiento y por ello, promueve aquello que debe ser el aspecto más importante en la educación: hacer que los niños aprendan a pensar. Además, el juego permite desarrollar las diferentes aptitudes académicas del niño, así como las habilidades sociales y emocionales, pues son factores que están ligados al desarrollo cognitivo. Las emociones condicionan la actitud de tal forma que, si una actividad está relacionada con algo positivo, esto genera una serie de conexiones que, a largo plazo, crean una identidad. Del mismo modo, la competencia social y la interacción con los demás permiten generar vínculos imprescindibles para un desarrollo integral. Por lo tanto, es importante que en el ámbito educativo se fomente el uso de juegos o estrategias lúdicas, así como el aprendizaje cooperativo, no sólo para relacionar socialmente sino también como un método eficaz de aprendizaje que atiende a la diversidad. Por un lado, los profesores de primaria deberían utilizar juegos o estrategias lúdicas adaptados a las necesidades de cada grupo, en las que se puedan incluir los contenidos del currículo, donde los estudiantes están además de estar inmersos en un proceso de aprendizaje significativo y cooperativo, potencia el aprendizaje de todos los alumnos. Por otra parte, los docentes también deben asegurarse que la transmisión de conceptos como la diversidad, el respeto hacia uno y a los demás, y el hecho que la diferencia no nos separa, sino que, al contrario, enriquece y completa; se haga de forma lúdica.
La introducción de estrategias lúdicas en la escuela Los posibles límites y alcances de la introducción de estrategias lúdicas en el ámbito escolar están en la concienciación, por parte de todos los profesionales involucrados en la educación de niños especiales, de la posibilidad de favorecer el aprendizaje por medio de un conjunto de estrategias lúdicas en la rutina diaria en el aula. Práctica de la cual se beneficiaría también el resto del grupo. Con todo, la idea no es gamificar las clases. Es simplemente sugerir una herramienta potente como el juego para cambiar la forma de enseñanza desfasada de la educación tradicional, basada en libros y en el protagonismo del profesor, hacía una enseñanza más vivencial donde también se puede explorar el uso de las nuevas tecnologías, el mundo artístico de la música, danza, teatro, pintura, entre tantas. Así como las excursiones extraescolares o las clases fuera del ambiente del aula, promoviendo así el contacto directo con el medio estudiado en su contexto. De esta forma, los estudiantes adquieren las herramientas necesarias para alcanzar un desarrollo integral, desde un enfoque lúdico y motivador, siendo un recurso eficaz para potenciar el aprendizaje de todos los niños, gracias a la emoción, creatividad e inclusión que ello aporta.